#Opinión | McDonald’s, ¿el sueño americano?
- María Camila Arango Ramírez
- 14 oct 2018
- 3 Min. de lectura
El símbolo de la comida rápida a nivel mundial ha atravesado por múltiples escándalos en los últimos días; sin embargo, su imagen se mantiene y sus ventas siguen siendo cada vez mayores. ¿Por qué?
Desde décadas atrás, el sueño americano ha sido un tema recurrente en la publicidad gubernamental de los Estados Unidos. Con el paso de los años, los americanos hemos trabajado sin descanso para que nuestro país sea el lugar ideal para cumplir los sueños del mundo. Aquí los deportistas triunfan y el pueblo los apoya, la prensa es libre y abandera la independencia, los proyectos empresariales triunfan y se expanden alrededor del mundo, y nuestra bandera es sinónimo de tenacidad y libertad. Claro, el mundo a veces ignora que los deportistas no tienen el apoyo que necesitan, que ahora el gobierno se incomoda con “tanta” libertad de los medios, y que nuestros proyectos empresariales tienen sede algún otro país donde la mano de obra sea más asequible para aquellos a la cabeza.
Hace más de 80 años nació uno de los tantos proyectos que hoy representa ese mismo sueño americano, McDonald’s. Un único local en la ruta 66 hoy se transformó en 30.000 locales alrededor del mundo. Según cuenta el documental “The Founder”, esta cifra aumenta casi en 2.000 locales al año, lo que se traduce en un nuevo local cada 4 horas. Cada segundo, además, se venden 75 hamburguesas, número que multiplicado por los 86.400 segundos diarios da un total de 6’480.000 hamburguesas diarias alrededor del mundo. La sola empresa tiene un Producto Interno Bruto incluso mayor a países enteros, si eso no representa la perseverancia y la mentalidad de crecimiento que desde sus orígenes debe caracterizar al sueño americano, nada lo hace.
Sin embargo, en los últimos días McDonald’s se ha enfrentado a la más grande revolución sindical en su historia, que salió a la luz pública en conjunto con escándalos de acoso sexual, y que posteriormente se sumó con una demanda colectiva de la sociedad civil que exponía algunos problemas de salud que estaban sufriendo los consumidores de la empresa. McDonald’s intentó exculparse múltiples veces haciendo referencia a la independencia de sus franquicias a nivel mundial, buscó crear soluciones silenciosas dentro de una mesa de negociación y diálogo con los trabajadores, intentó recoger proyectos con apoyo medioambiental y animalista, pero una solución acarreó otro problema.
“Somos el sueño americano y debemos mantener el sueño americano como lo que realmente es”, expresó con seguridad el Asesor General de la compañía en una de las tantas reuniones de junta directiva que tuvieron lugar en Bogotá. Mientras algunos miembros discutían sobre campañas publicitarias sobre la ‘cultura McDonald’s’, la importancia del comer saludable y la estrategia para llegar a mercados orientales, un verdadero cambio estructural de la empresa iba quedando en el olvido. Cada problema tendría una solución a cargo del Director Global de Comunicaciones o el Director Publicitario, porque la mentalidad americana cada vez implica más manipulación publicitaria que el rescate de valores fundamentales que históricamente nos caracteriza.
Se superó. Los sindicatos negociaron, los trabajadores aceptaron un incremento de 30 centavos de dólar a su salario. ¿Sabían ustedes que, según Yahoo Finanzas, uno de cada ocho americanos han trabajado alguna vez en McDonald’s? ¡Claro que la compañía debía estar orgullosa de esto! Emplear a millones de americanos, impulsar la economía de su país natal, vincular a jóvenes inspirados en construir una carrera de vida con la empresa. El fin justifica los medios, finalmente, ¿quiénes son los de Oxford para definir un “McJob” como un trabajo de baja calidad, poco prestigio y poca remuneración?
La estrategia de mercadeo para los ciudadanos de India también está en marcha. Promover una comida saludable y rendir culto publicitario a las vacas siempre es una solución efectiva tras haber insultado la religión de un país entero. Y, además, la misma estrategia funcionaría para promover hábitos saludables y balancear los rumores sobre la mala calidad de los productos de McDonalds. La imagen de la empresa más importante de comida rápida en el mundo se mantiene, sus ingresos también, sus franquicias no quiebran y sus alcances a nivel mundial aumentan. Según comentan los miembros de la junta directiva, “McDonalds siempre será la empresa más importante a nivel mundial”, pase lo que pase.
La casa de Ronald McDonald es la casa de los estadounidenses. Steve Easterbrook define el sueño americano como “trabajar por la felicidad, no por el dinero, poner siempre al cliente primero”, y además complementa que “para la corporación McDonalds, la consecución de ese sueño americano es que nuestros consumidores sean felices con McDonalds”. Y sí, a pesar de los bajos salarios, las denuncias de acoso sexual, las denuncias por maltrato animal, el concreto irrespeto a una religión, las denuncias por problemas de salud, los consumidores are Lovin’ it.
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